Nací antes de tiempo, un gélido 12 de marzo de 1980. Tenía prisa por vivir, aunque muchos creían que no resistiría. Pero estoy aquí, ¡y cuánto me alegro! 😊

Llegué al mundo con dos ojos, dos orejas, una nariz, una boca, dos piernas y una sola mano. Pero es como si tuviera dos. ¡O tres! Soy muy de mar (y de la llanura. ¡De L'Empordà! De Figueres) y un poco de montaña. Muy de ciudad y muy de pueblo. Mucho más de verano que de invierno. Más de sonrisas que de rugidos. Muy de hacer y aprendiendo más a Ser. Más de infusiones que de cafés. Muy de verde y poco de carne. Pero aún más de cacao (¡puro!). No me gusta cerrar persianas; prefiero abrir ventanas. Soy muy de modernidad y muy de tradición. De todo a la vez. Pero aquí y ahora. Adoro los objetos con alma y el diseño, y muero por unos buenos versos, una imagen embelesadora y una conversación amable. Vivo rodeada de ángeles (de los de carne y hueso, también) y de flores y confío en el Universo. ¡Y en las personas! Soy más de escuchar que de hablar. Y muy de escribir. ¡Y de leer! Soy apasionada hasta decir basta. Y alocada a ratos. Intento no perder nunca el sentido del humor y reírme de mí misma. Soy de soñar, pero con los pies en el suelo, con los pies en la Tierra. Soy muy de casa, pero partidaria de mirarnos más allá del ombligo. Me reconcomo por no perder nunca la capacidad de sorprenderme, ni tampoco la de sorprender. Me encanta enseñar, pero todavía más aprender. Tengo tres hijos vivos, he parido cuatro y he llevado seite en el vientre. Todos me acompañan segundo tras segundo. Soy psicóloga y periodista, y sí, me dedico a ambas disciplinas, que, en realidad, son la misma: las personas y la comunicación, la comunicación y las personas.